De acuerdo con la concepción filosófica del Dr. Bach, hay dos elementos en cada uno de nosotros, el ALMA que es nuestra esencia y que es inmortal y nuestra PERSONALIDAD que es temporal y material. Ambas tienen que estar en armonía.
Si ALMA y PERSONALIDAD no está sintonizadas, si hay una ruptura entre ambas, la persona va a presentar diferentes desequilibrios: miedo, inseguridad, malestar…dándose la enfermedad, ya que tarde o temprano se manifestará en el plano material.
Los 38 remedios descubiertos por el Dr. Bach, trabajan para resolver estos desequilibrios, no luchando contra el estado negativo sino potenciando las cualidades positivas de las personas para lograr su equilibrio.
Esta terapéutica modifica los criterios tradicionales, ya que no se centra en el efecto sino que apunta directamente a la causa. Según el Dr. Bach, la enfermedad no se cura con métodos materialistas, ya que no es material su origen.
Si se han elegido correctamente las flores y tomadas el tiempo suficiente, tienen un efecto profundo y duradero, incluso ayudan a modificar situaciones enquistadas por años. La esencialidad del Sistema Bach radica en su NO AGRESIVIDAD, en su carencia de efectos secundarios y su compatibilidad con cualquier tratamiento médico. Dichas esencias están reconocidas por la OMS (Organización Mundial de la Salud).